El veinte por ciento de la población de Cuba ha huido de la isla en el medio siglo transcurrido desde la revolución marxista de Fidel Castro. Roberto “Bobby” Maduro (1916–1986) fue uno de esos más de dos millones de individuos obligados a abandonar abruptamente una carrera o una forma de vida cultural establecida.

Aunque perdió toda su riqueza en el proceso, tuvo más suerte que muchos emigrados cubanos, ya que escapó con su unidad familiar inmediata intacta. “Recuerdo que, sobre todo, mi padre era una persona muy dedicada, casi fanáticamente, a la que realmente le importaba el juego de béisbol,” dice el hijo mayor de Maduro, Jorge. “Tenía la misión de ayudar a los niños cubanos a poder desarrollar una vida mejor y representar con orgullo el país que tanto amaba.

Su misión más dedicada fue tratar de que su equipo entrara a las grandes ligas.” Ese equipo fueron los Cubanos Reyes del Azucar (1954-1960). Un equipo popular, tanto en casa como fuera, los Sugar Kings de 1959 ganaron la AAA “Pequeña Serie Mundial” contra los Molineros de Minneapolis de la Asociación Americana en una emocionante serie de siete juegos. Tal vez nadie en la historia del béisbol haya manejado tantos importantes cargos dentro del juego como Bobby Maduro.

Él co-construyó el primer estadio de béisbol de un millón de dólares en América Latina (Gran Stadium del Cerro de la Habana). Su estadio de La Habana fue confiscado por la dictadura castrista. Maduro también era propietario de varios clubes, gerente general, cazatalento, agente, organizador de béisbol juvenil (Los Cubanitos), creador de academias de béisbol, el único embajador designado para América Latina del béisbol de grandes ligas (Coordinador de Relaciones Interamericanas, 1965- 1978), y fundador de una liga.

Bobby Maduro fue dueño y ejecutivo visionario en el béisbol. Su dedicación a la promoción internacional del juego desde la década de 1950 hasta la década de 1970 sigue siendo incomparable. Dirigió clubes con sede en La Habana en la Liga Invernal y equipos en las ligas menores de los Estados Unidos, que ayudaron a marcar el béisbol caribeño a los ojos de los fanáticos norteamericanos. Maduro comenzó una nueva vida en el exilio en los Estados Unidos, primero como dueño de equipo en ligas menores, y luego como ejecutivo principal.

Fundó la Liga Interamericana de corta duración en 1979, compuesta por cinco equipos de la cuenca del Caribe y una entrada de Estados Unidos desde su ciudad adoptiva de Miami. En una vida de dedicación desinteresada al deporte que amaba, que abarcó cinco décadas de triunfo y tribulación, Maduro se aplicó incansablemente en todas sus diversas capacidades, con la promoción y la expansión como temas resonantes en sus principales empresas. El ex comisionado de béisbol Bowie Kuhn dijo sobre sus muchos logros: “Nadie fue más dedicado, más informado o más preocupado por el juego que Bobby Maduro.”Bobby Maduro fue Dueño y Ejecutivo Visionario en el Béisbol

Lou Hernández es autor de varias historias y biografías de béisbol, entre ellas Bobby Maduro y los Cuban Sugar Kings. Correo electrónico: beisbolparaiso@msn.com