Durante unas vacaciones recientes en la casa de nuestra amiga en Bal Harbour, mi esposo Christopher y yo estábamos pasando el día con ella, antes de nuestro vuelo a Inglaterra programado para el día siguiente. Nosotros somos habitantes de Las Bahamas, por lo tanto, siempre que viajamos a Estados Unidos, nos alojamos con nuestra amiga por un par de días, para descansar, relajarnos y pasar buenos momentos; sin embargo, en esta ocasión todo fue diferente. Comencé a experimentar una sensación extraña por todo mi cuerpo; luego, sentí como que se apagaba. Supongo que se puede describir como que mi vida entera se desvanecía de mi cuerpo.
Pudimos hablar con un médico por teléfono que dijo que necesitaba atención inmediata y nos derivó al área de atención urgente. El doctor de la clínica de atención urgente me observó y llamó a una ambulancia que me llevó al hospital más cercano, North Shore Medical Center en Miami.
En el momento que llegué al hospital, estaba inconsciente. Aimee Pantaloen, una enfermera especialista, me atendió de inmediato. Recuerdo que oí su voz cuando decía que me llevaran a la UCI inmediatamente. Me colocaron en un respirador y con equipos de apoyo vital, lo cual logró que me estabilizara. Aimee y el Dr. Juan Velasquez, un cardiólogo intervencionista, me trataron para que estuviera lo suficientemente saludable para el siguiente paso de mi tratamiento: la cirugía. Necesitaba un reemplazo de la válvula mitral para una de las cuatro válvulas del corazón y una cirugía de derivación.
Llegué a North Shore Medical Center en un estado crítico. Acudí al hospital cuando estaba totalmente sin aliento y el Dr. Velasquez indicó que sufría de un edema pulmonar. Mis pulmones estaban llenos de líquido y necesitaban averiguar por qué y cómo avanzaba la situación. Un ecocardiograma realizado por el Dr. Velasquez reveló que la válvula mitral era gravemente anormal. El Dr. Velasquez señaló que se trataba de un grave prolapso de la válvula mitral. Esto se trataba de algo que había sido diagnosticado anteriormente, pero que no había ocasionado ningún problema, por lo tanto, se realizaba el seguimiento correspondiente.
El prolapso de la válvula mitral era el responsable. Una vez que me encontré estable, me trasladaron al Florida Medical Center, un campus de North Shore, para el tratamiento preoperatorio. Me realizaron un angiograma coronario que mostraba un bloqueo por una enfermedad arterial coronaria en la arteria descendente anterior izquierda (left anterior descending artery, LAD). Un cirujano cardiotorácico realizó el reemplazo de la válvula mitral y el injerto de derivación de la LAD. También me sometí a una ablación cardíaca para prevenir las arritmias cardíacas. Los procedimientos salieron muy bien.
El Dr. Velasquez es parte del personal de ambos hospitales y estuvo presente tanto en mi tratamiento preoperatorio como en el posoperatorio durante mi atención médica. Antes y después de mis procedimientos cardíacos, descubrí que el Dr. Velasquez tiene una empatía genuina, ya que se mantuvo dando unas palmadas en el hombro de mi esposo y diciéndole que iba a estar bien.
Después de que salí del hospital , fui a la oficina del Dr. Velasquez en Tenet Florida Physician Services (TFPS) para una consulta de seguimiento, y me habló como si fuera una persona inteligente, no solo me dijo que mi análisis de sangre estaba bien, sino que repasó cada aspecto. Se tomó el tiempo para explicar todo. Es muy bueno en lo que hace, y te hace sentir confianza. El Dr. Velasquez es tranquilo y empático y obviamente conoce su profesión. No podemos imaginar obtener una mejor atención médica en ninguna otra parte del mundo.
Nunca tuve dolor. Honestamente, soy una cobarde a nivel físico, así que, si hubiera tenido dolor, se lo habría dicho a alguien. No habría podido obtener una mejor atención en ningún otro lugar, y estoy segura de eso.
Nunca pensé que necesitaría este tipo de atención porque aún conservo la mentalidad de una adolescente que cree que vivirá para siempre. Mi principal objetivo después de todo era volver a caminar por la playa porque vivimos en esta hermosa playa de Exuma en las Bahamas. Sin embargo, tienes que bajar muchos escalones para llegar a esta playa, así que tuve que aprender a hacerlo otra vez. Me tomó alrededor de diez días, en intervalos, un poco más cada día antes de poder finalmente llegar a la playa. Ahora estoy de vuelta en la playa y a mi calidad de vida antes de mi dolencia cardíaca, como leer y coser mucho, y volver a hacer todas las cosas que me gustan.
Creating Hope: Jennifer Kettel, Bahamas Resident
During a recent vacation to our friend’s place in Bal Harbour my husband, Christopher, and I were spending the day with her before our flight to England the next day. We are from the Bahamas so, whenever traveling to the United States, we stay with our friend for a couple of days for some rest, relaxation and good times; but this time things were different. I began to experience a strange feeling throughout my body. Then, it felt like my whole body was shutting down. It was as if my whole life was ebbing out of my body I suppose.
We were able to talk to a doctor on the phone who said I needed to be seen immediately and he sent us to urgent care. The doctor at the urgent care clinic took one look at me and called an ambulance which took me to the nearest hospital, North Shore Medical Center in Miami.
By the time I got to the hospital I was unconscious. Aimee Pantaloen, a nurse practitioner, saw me immediately. I could remember hearing her voice saying take her to the ICU immediately. I was put on a respirator and life support; they were able to stabilize me. Aimee and Dr. Juan Velasquez, an interventional cardiologist, treated me so I was deemed healthy enough for the next step of my treatment, surgery. I needed a mitral valve replacement for one of my heart’s four valves and a bypass surgery.
I arrived at North Shore Medical Center in a very dramatic situation. I came to the hospital extremely out of breath and Dr. Velasquez said I was suffering from pulmonary edema. My lungs were full of fluid and they needed to find out why and how the situation may progress. An echocardiogram by Dr. Velasquez revealed that the mitral valve was severely abnormal. It was severe mitral valve prolapse, Dr. Velasquez said. This was something that had been diagnosed before but hadn’t been causing any problems and so we were monitoring it.
The mitral valve prolapse was the culprit. Once I was stable I was transferred over to Florida Medical Center, a campus of North Shore for the work-up. I had a coronary angiogram that showed some coronary artery disease blockage in the left anterior descending artery (LAD). I had a mitral valve replacement and bypass grafting of the LAD by a cardiothoracic surgeon. I also underwent a cardiac ablation to prevent any heart arrhythmias. The procedures went well.
Dr. Velasquez is on-staff at both hospitals and he was there both pre-operatively and post-operatively for my care. Before and after my heart procedures, I discovered that Dr. Velasquez has genuine empathy. Dr. Velasquez kept patting my husband on the shoulder and telling him I was going to be all right.
After I got out of the hospital I went to Dr. Velasquez’s Tenet Florida Physician Services (TFPS) office for a follow-up and he talked to me like I was an intelligent person, he didn’t just tell me that my blood work was OK, he went through every single aspect of it. He took the time to explain everything. He’s very good at what he does. You feel so confident in him. Dr. Velasquez is calm and empathetic and obviously knows his stuff. We cannot imagine getting better medical attention anywhere in the world.
I never had any pain. Honestly, I’m a physical coward so if it would’ve hurt I would have told somebody. I couldn’t have gotten better care anywhere and I know that.
I never thought I’d need this type of care because I’m still of the teenage mind where you think you’re going to live forever. My primary goal after everything was to get back to walking on the beach because we live on this very beautiful beach on Exuma in The Bahamas. But, you have to walk down a lot of steps to get to this beach so I had to learn to do it again. It took me about ten days, in increments, a little more each day before I could finally get down to the beach. Now I’m back to the beach. I’m also back to my quality of life before my heart ailment like reading and sewing a lot, and back to doing all of the things that I love to do.