La caña y el tabaco no concentran toda su riqueza en espigas y mazorcas, como el trigo y el maíz, empenachados como conquistadores afanosos de linaje. Ni como la yuca o la papa, humildes terruñeras, ocultan su riqueza bajo la tierra como en botijas ávaras. Pero la planta de trigo, de maíz, de yuca o de papa, tiene en el consumo humano su destrucción definitiva. Cada una de estas plantas al dar su provecho al hombre también le da vida y su posteridad como especie. Si el hombre quiere que se reproduzca la planta que ahora expolia, para que le dé utilidades futuras tiene que renunciar forzosamente a parte de sus beneficios, tiene que ahorrar unos granos de la espiga o la mazorca, unos trozos del sangre o unas tuberosidades de las raíces, y solo por ellas el milagro creador podrá repetirse en el porvenir. No sucederá así con la caña de azúcar ni con la mata de tabaco, las cuales, mucho mas generosas, en cada planta aseguran para el hombre, a la vez que todo el provecho, ilimitada continuidad.
Cuba no solo privilegiada por su posición geográfica, clima y productos de la tierra, sino que a través de su historia, de sus constantes ir y devenir de etnias que se entremezclaron entre ellas, dio lugar a un fenómeno Etno-cultural como pocos se han conocido en el mundo, fundamentalmente por el “acrisolamiento” en una misma nación, donde las influencias y aportes en este nuevo medio, “forzados” en muchos de ellos, hubo que adecuar y sustituir costumbres, creencias y formas de vida.
Dentro de las formas de vida de una población en particular, tomaremos en cuenta las costumbres y hábitos alimentarios específicamente los relacionados con las comidas y bebidas.
Para nadie seria un secreto que hablar de bebidas en Cuba, lo primero que nos viene a la mente y hasta la mismísima alma es el ron, el Señor dentro de las bebidas cubanas, que por sus demostradas propiedades y especificidades ha ganado con justo reconocimiento tan merecida distinción, sin embargo para los objetivos de este trabajo se abordaran “bebidas cubanas” como ingrediente en algunos platos representativos de la Cocina Cubana (Tradicional, Estilizada o Moderna), además de la posible “experiencia” como acompañante.
Curioso resulta la característica de la influencia de incluir las bebidas como ingredientes en la Cocina Estilizada y Moderna mucho mas que en el caso de la Tradicional, sin dejar de mencionar aquí el representante por excelencia de los vinos de cocinar en Cuba, al que por ahí le quedan algunos degustadores “culinarios”, estamos refiriéndonos al Vino Seco “ El Mundo” “Edmundo”, etc, el cual durante décadas a contribuido a dar ese bouquet o “toque” a las preparaciones que a diario ponen en la mesa el Ama de casa, además del profesional de nuestros días.
Hay muchos ejemplos en el recetario culinario cubano o “criollo” de recetas que incluyen bebidas alcohólicas dentro de los ingredientes principales o que definen el “sabor” y/o gusto del plato.
Arroz con pescado, Fricase de pollo, Arroz con Pollo, Ropa vieja, Frijoles Negros, Torrejas
Frijoles Negros
Ingredientes.
- Frijoles negros 2 tazas.
- Pimientos verdes 1
- Ajo 6 dientes
- Cebolla 1
- Comino ½ cucharadita
- Hoja de laurel 2
- Sal y pimienta (segun el gusto)
- Azúcar blanca 1 cdta
- Vino tinto 1/2 taza
- Aceite 1 cda
- Vinagre 1 cdta
Procedimiento:
Mantenga los frijoles en remojo durante seis horas y con la misma agua cocínelos durante otras dos, luego de adicionarles una parte de los ajos, el pimiento, la cebolla y la hoja de laurel. Aparte prepare un sofrito con aceite con el resto de los ajos, el pimiento y la cebolla, añádale el comino y la pimienta, vierta este sofrito en los frijoles y déjelos cocinar durante veinticinco minutos, agregue el vinagre, la sal y luego el azúcar y el vino tinto. Normalmente estos frijoles se preparan de un día para otro de forma que se garantice la consistencia espesa que requieren para su servicio.
Si partimos del hecho evidente en aportes de las bebidas como ingrediente de cualquier plato sobre todo en cuanto aromas y matices de sabor (complemento), tomando también los casos de aportes de colores y consistencias en salsas, además de la maceración que llevan algunas recetas para carnes y pescados, entonces resulta un elemento imprescindible a tener en cuenta, debiendo desarrollar mas en este sentido nuestra cocina.
No son pocos los escépticos que dudan o cuestionan la presencia de los vinos en las mesas de comida cubana, atribuyendo esta presencia a “implantaciones forzadas”, sin embargo seria necesario aclarar que en mas de un plato “cubano” cabe perfectamente un determinado tipo de vino que de seguro resaltara su encanto degustativo, presentándose con mucha autoridad como una propuesta de la cocina estilizada y moderna, llegando inclusive a la cocina tradicional popular (la que presenta como primer “inconveniente” la fuerza de los sabores ácidos responsabilidad única en la mayoría de las veces de nuestra noble pero distintiva Naranja Agria, la que resulta el sello de cubanía de muchas de nuestras preparaciones).
Para finalizar recordemos que cualquier comida es una medida real de una cultura, es en muchos casos un fenómeno social, del cual no podemos apartarnos, que necesita de un ambiente, un ritual y una disposición que sin lugar a dudas la participación y complementación del vino cubano en la mesa cubana será sin lugar a dudas un anfitrión por no decir huésped.